viernes, 7 de diciembre de 2012

21 maneras de aprovechar el tráfico

1 Antes de que sigas leyendo: ¿has pensado en un vehículo de dos ruedas?



2 Por fin podrás escuchar el audiolibro que te regalaron la Navidad pasada.



3 Cuando estés en el punto más álgido del tráfico, piensa en aquella vuelta que no debiste dar o en esa calle cerrada que parecía un atajo. Tendrás mucho tiempo para imaginar nuevas rutas.



4 Realiza todas las llamadas que llevas tiempo postergando. Podrás usar la cívica e infalible excusa de "perdona, pero voy manejando y tengo que colgarte".



5 Puedes pensar que eres un personaje del cuento "La autopista del Sur", de Julio Cortázar. Si no sabes qué significa eso, puedes leerlo hoy entre semáforo y semáforo.



6 Prueba qué canciones eres capaz de imitar con la bocina de tu auto. Tal vez hasta consigas que la congestión automovilística empiece a despejarse de pronto.



7 Desarrolla tu vocación de sociólogo. Cada auto varado es una pequeña tragedia que es posible digerir fijándote en el conductor de tu derecha. Puedes llevarte grandes sorpresas.



8 Si vas a estar atrapado, es preferible que sea sentado, escuchando música, que en la cola de un banco o entre los escombros de algún edificio mal construido. Piensa que siempre puedes estar peor.



9 Compra el periódico al salir de tu casa. La lentitud del movimiento te facilitará que devores todo el ejemplar, incluyendo aquellas secciones que no sueles revisar porque no son deportes, espectáculos o la primera plana.



10 Utiliza el trayecto para planear tu día o resolver mentalmente tus pendientes, y anota en tu iPad las ideas sueltas. Además, es una forma de canalizar tu molestia.



11 Aprende otro idioma. ¿Qué mejor forma de manejar el estrés que escuchar los discos interactivos de tailandés que permanecen empolvados debajo de tu cama?



12 Puedes comprar un manual para leer el Tarot y guardar las cartas en la guantera. En caso de embotellamiento, convida a tus compañeros de desgracia a leer su suerte.



13 Juega a sumar los números y a pensar en palabras que inicien con las letras de las matrículas. Este ejercicio sirve de gimnasia cerebral.



14 Piensa un poco. ¿De verdad has reparado en el poco tiempo que le dedicas a tus propios pensamientos para considerar los ajenos? Los problemas de los demás son un auténtico tráfico mental.



15 Si tienes la brillante casualidad de avanzar junto a una chica guapa, no olvides que son compañeros del mismo dolor. Con algo de ingenio, podrías tener una plática expedita y original.



16 Es un gran entrenamiento para el matrimonio. Si conservas los nervios cuando conduces en hora pico, sabrás manejar con soltura cuando tu novia no decida qué color de blusa le queda mejor.



17 Un personaje de Leon Tolstoi, en Ana Karenina, dice que "todo hombre piensa, en algún momento de su vida, que nadie sufre tragedias tan grandes en el mundo como las que él experimenta". No lo pienses tú también: es sólo tráfico.



18 Recurre al yoga. Practicar el manejo de tu respiración entre las avenidas puede reducir tu nivel de estrés.



19 Memoriza los paisajes que van transcurriendo ante tus ojos. Fijar tu atención en detalles externos evitará que se desencadene tu locura.



20 Tu smartphone tiene una gran cantidad de apps que has bajado y no has tenido tiempo de probar, como juegos, identificadores de la altura de edificios, creadores de música, etc., esta es tu oportunidad. (Consultar tus redes sociales, que son tan atractivas, puede causarte un accidente fatal, así que cuidado).



21 De nuevo, ¿has pensado en un vehículo de dos ruedas? Quizá una bicicleta te ayude a llegar más pronto, y de paso, a ejercitar tu cuerpo.