sábado, 21 de abril de 2007

Chofer ebrio apagó 30 vidas en vía a Cochabamba

Tragedia. Un bus de la empresa El Dorado cayó en un barranco. El hecho ocurrió a las 6:20, en la comunidad de Melga, a unos 33 km de la ciudad de Cochabamba. La Fiscalía abrió una investigación

Con un grado de alcohol por encima de los niveles permitidos, Marcelo Tarifa tomó el volante de la flota El Dorado placa 1501-ZPC, pero no pudo completar el viaje porque sus reflejos lo traicionaron y se convirtió en el protagonista de una tragedia, ocurrida ayer y que cobró al menos 30 vidas. Los resultados del examen de alcoholemia develaron que el conductor tenía 1,086 grados de alcohol, que viene a ser un sinónimo de embriaguez. El segundo conductor, que dormía en el buzón de la flota, dio 0,22 grados, un nivel tolerable, informaron fuentes de Tránsito y de la Fiscalía.
Cadáveres esparcidos por el barranco, incrustados entre las rocas y el metal retorcido del bus reflejaba un panorama desolador luego del accidente de la flota, que el chofer al no poder controlar una curva terminó en el fondo de un abismo, cerca de la población de Melga, a 33 kilómetros de la ciudad de Cochabamba.
El bus, que iba lleno, con niños dormidos en el pasillo y el chofer de relevo en el buzón, ingresó por una curva a gran velocidad. El chofer perdió el control del motorizado en un instante y aunque apretó los frenos rodó por una pendiente, salpicada de filosas rocas. "¡Caballero! ¡Auxilio! ¡Dios mío!, gritaron los pasajeros”, recordó Fausto, uno de los sobrevivientes. Luego, el crujir del metal acalló a las víctimas que salían expulsadas por los ventanales de la flota. Los pasajeros quedaron regados a lo largo del barranco y muchos perecieron casi en el instante, aplastados por los hierros de la flota, que dio varias vueltas o por los golpes que sufrieron al caer sobre las rocas.
Los cuerpos quedaron mutilados, esperando el dificultoso rescate, que se prolongó por más de cinco horas. Las víctimas venían de la capital oriental, de Montero, de Ivirgazama, de Villa Tunari y de Colomi. Los pasajeros terminaron regados por el camino, mientras que la flota descendía hacia el fondo del barranco hasta que acabó aplastado. La velocidad es la causa que más retumba en el testimonio de los sobrevivientes. Los pasajeros de otras flotas, micros y automóviles fueron los primeros en socorrer a las víctimas. Treinta minutos después llegaron los grupos especializados a recoger a los fallecidos. Según la agencia de noticias ANF, la empresa El Dorado anunció que se están realizando los trámites para que el seguro asuma con todos los gastos. Por su parte, la Fiscalía investiga el hecho. Además de las 30 personas fallecidas, otras 25 se encuentran heridas y están internadas en diferentes hospitales. Cinco de los fallecidos y 15 de los heridos eran estudiantes de la facultad de Derecho de la Universidad Gabriel René Moreno, que iban a Cochabamba para participar de un seminario. El rector, Alfredo Jaldín, declaró duelo sin suspensión de actividades.

Las víctimas

Fallecidos. Guery Rosas Coca, Julio Rivas Delgadillo, Andrés Jiménez, Pilar García, Liborio García, Gloria Coronado Méndez, René Torrejón, Alinka Leisek L., Pedro Martínez, Cristina Yampara, Eusebio Avendaño, Juan Avendaño, Alberto Yampara, Leslie Oporto, Cristina Orellana R., Minerva Sumoya, Victoria Pretón M. , Hilarión Ramos, Marilín Callejas, Alfredo Landivar Párraga, Germán Melza Lazarte, Gilberto Vargas, Mauricio Galindo, Petronila Sánchez, Jenny Lazarte, Rodrigo Rosas, Sandra Cuéllar, Jaime Daza Choque y Marcelo Tarifa Velasco (chofer), Sergio Colque G. (ayudante).

Heridos. En el hospital México de Sacaba: Brayan Ledesma, Raúl Montalvo, Romane Acha Proquio, Sonia Bustamante, Carla Torrez, Mariel Ledesma, Heidy Coca Terán, José Joel, Carlos Rosas Oyoma, Patricia Oporto, Elías Ramos, Mauricio Taquichiri y dos personas no identificadas, de 2 y 18 años.

En el hospital Viedma: Fausto Pillco Rocha, Ana María Calderón, Lucio Veizaga Méndez, José Fernández, Ariel Rojas Torrico, Edwin Mamani, y Rubén Pillco.



Dos niños en el hospital pediátrico: José Ricaldi Yampara y Luis Ricaldi Yampara.

Hubo relevo de conductor en medio camino
Un cambio de choferes a medio camino selló la suerte de la flota siniestrada. A las 20:32 del miércoles partió el bus de Santa Cruz, conducido por Jaime Daza y Adelio Aruquipa. Pero al llegar al Chapare se encontraron con otra flota de la empresa que iba al oriente, conducida por Marcelo Tarifa. Aruquipa, se percató de que Tarifa estaba borracho. Los choferes que venían a Cochabamba lo convencieron para que cambie de flota, porque lo podían detener en una de las trancas. Tarifa aceptó el cambio y relevó a Aruquipa. Así fue que los pasajeros quedaron en manos de un ebrio.

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