Con el aguinaldo en la mano, mucha gente se volcó a las calles para hacer sus compras de Navidad y se encontró con una ciudad casi colapsada. Con 31 grados y un sol inclemente, acercarse en movilidad al centro de la ciudad demandaba entre 30 y 45 minutos por los embotellamientos, empeorados por el estado de algunos semáforos que ya se dieron vacaciones de fin de año.
Y en los mercados la situación empeoraba. Los ambulantes llegados del interior del país tomaron las calles, dejando escasos metros para la circulación. Además, se ha detectado que algunos comerciantes que tienen negocios al interior de los centros comerciales, han puesto sucursales en calles y aceras, para evitar que los clientes se les escapen o para compensar las pérdidas provocadas por la competencia callejera.
Las fiestas de despedida del año también han disparado los accidentes de tránsito. Con el tráfico difícil, en los últimos días se han multiplicado los accidentes de tránsito con muertos y heridos graves, sin que se haya incrementado el control por parte de Tránsito. También subieron los atracos y hurtos. Con ello se comprueba que los 240 policías que llegaron la semana pasada no lo hicieron para reforzar el Plan Papá Noel, sino para resguardar instituciones públicas de posibles ataques. La tropa ya se ha replegado a sus regiones.
Con este panorama, las autoridades sólo reconocen su fracaso. Pese a que sucede lo mismo cada fin de año o en cualquier periodo festivo de la ciudad, la Alcaldía reconoce que el plan que diseñó no fue suficiente para evitar molestias al ciudadano. Así lo reconoció ayer la Dirección de Defensa al Consumidor de la municipalidad, que ni siquiera pudo concentrar el comercio relacionado con la Navidad a una feria en la zona de Alto San Pedro. Como el espacio ya estaba destinado, allí se instalaron los artesanos alasiteros, que también se quejan porque hasta ayer no se les había instalado energía eléctrica.
También desde la Policía reconocen sus limitaciones. Si el año pasado el comandante de turno hablaba de la necesidad de triplicar los efectivos para estas fechas, el coronel Rolando Caballero dice que ‘faltan algunos efectivos’, pero que si tuvieran más motocicletas a su alcance podrían mejorar su trabajo de patrullaje preventivo. Ayer se los pudo ver en grupo patrullando las zonas del primer anillo, pero la intención de las autoridades policiales es enviarlos hacia los centros de abastecimiento más importantes y reemplazarlos en el centro con uniformados en bicicleta de la Policía Comunitaria.
Y la demanda de uniformados es tan grande que ya no se los ve dirigiendo el tráfico en las rotondas en horas pico. A las 9:00 de ayer y al mediodía, se pudo evidenciar filas de hasta 300 metros en el segundo anillo (zona sur), aunque gran parte de esto se debe a problemas estructurales de la ciudad. Así lo aseguró el concejal Wilmar Stelzer (de la opositora Alianza Siglo XXI), que aseguró que si los planes de pavimentación no estuvieran atrasados, se hubiera podido derivar el tráfico a calles aledañas al cuarto anillo. También reclamó la apertura de vías que crucen el aeropuerto El Trompillo en el tercer y cuarto anillo para descongestionar la zona sur.
Consultado sobre qué se hace desde el Concejo para regular los mercados, explicó que existen todas las ordenanzas necesarias como para evitar el loteamiento de calles, pero que el ejecutivo municipal no ha tenido la fuerza necesaria para aplicarla.
Con la ciudadanía ya acostumbrada a los embotellamientos vehiculares, a comprar en las calles o a no tener espacio para circular en los mercados por todo lo que cuelga de los puestos de venta, las compras de Navidad igual se realizaron. En la nueva feria se pudo ver a familias enteras escogiendo juguetes y ropa para sus hijos. Los pasillos lucían repletos. Esto mismo no sucedía en Los Pozos, donde los compradores no llegaban en igual cantidad al interior del centro comercial, sino que eran cazados por los vendedores callejeros. La feria de ropa usada de la avenida Cumabi se llenó de compradores. Pese a la aglomeración de gente, no hubo control de la Policía ni de la Alcaldía.
Durante todo el día, el único espacio libre de Navidad fue la plaza 24 de Septiembre. Allí la política todavía reina y la gente hace filas para firmar los libros del referéndum autonómico.
Y en los mercados la situación empeoraba. Los ambulantes llegados del interior del país tomaron las calles, dejando escasos metros para la circulación. Además, se ha detectado que algunos comerciantes que tienen negocios al interior de los centros comerciales, han puesto sucursales en calles y aceras, para evitar que los clientes se les escapen o para compensar las pérdidas provocadas por la competencia callejera.
Las fiestas de despedida del año también han disparado los accidentes de tránsito. Con el tráfico difícil, en los últimos días se han multiplicado los accidentes de tránsito con muertos y heridos graves, sin que se haya incrementado el control por parte de Tránsito. También subieron los atracos y hurtos. Con ello se comprueba que los 240 policías que llegaron la semana pasada no lo hicieron para reforzar el Plan Papá Noel, sino para resguardar instituciones públicas de posibles ataques. La tropa ya se ha replegado a sus regiones.
Con este panorama, las autoridades sólo reconocen su fracaso. Pese a que sucede lo mismo cada fin de año o en cualquier periodo festivo de la ciudad, la Alcaldía reconoce que el plan que diseñó no fue suficiente para evitar molestias al ciudadano. Así lo reconoció ayer la Dirección de Defensa al Consumidor de la municipalidad, que ni siquiera pudo concentrar el comercio relacionado con la Navidad a una feria en la zona de Alto San Pedro. Como el espacio ya estaba destinado, allí se instalaron los artesanos alasiteros, que también se quejan porque hasta ayer no se les había instalado energía eléctrica.
También desde la Policía reconocen sus limitaciones. Si el año pasado el comandante de turno hablaba de la necesidad de triplicar los efectivos para estas fechas, el coronel Rolando Caballero dice que ‘faltan algunos efectivos’, pero que si tuvieran más motocicletas a su alcance podrían mejorar su trabajo de patrullaje preventivo. Ayer se los pudo ver en grupo patrullando las zonas del primer anillo, pero la intención de las autoridades policiales es enviarlos hacia los centros de abastecimiento más importantes y reemplazarlos en el centro con uniformados en bicicleta de la Policía Comunitaria.
Y la demanda de uniformados es tan grande que ya no se los ve dirigiendo el tráfico en las rotondas en horas pico. A las 9:00 de ayer y al mediodía, se pudo evidenciar filas de hasta 300 metros en el segundo anillo (zona sur), aunque gran parte de esto se debe a problemas estructurales de la ciudad. Así lo aseguró el concejal Wilmar Stelzer (de la opositora Alianza Siglo XXI), que aseguró que si los planes de pavimentación no estuvieran atrasados, se hubiera podido derivar el tráfico a calles aledañas al cuarto anillo. También reclamó la apertura de vías que crucen el aeropuerto El Trompillo en el tercer y cuarto anillo para descongestionar la zona sur.
Consultado sobre qué se hace desde el Concejo para regular los mercados, explicó que existen todas las ordenanzas necesarias como para evitar el loteamiento de calles, pero que el ejecutivo municipal no ha tenido la fuerza necesaria para aplicarla.
Con la ciudadanía ya acostumbrada a los embotellamientos vehiculares, a comprar en las calles o a no tener espacio para circular en los mercados por todo lo que cuelga de los puestos de venta, las compras de Navidad igual se realizaron. En la nueva feria se pudo ver a familias enteras escogiendo juguetes y ropa para sus hijos. Los pasillos lucían repletos. Esto mismo no sucedía en Los Pozos, donde los compradores no llegaban en igual cantidad al interior del centro comercial, sino que eran cazados por los vendedores callejeros. La feria de ropa usada de la avenida Cumabi se llenó de compradores. Pese a la aglomeración de gente, no hubo control de la Policía ni de la Alcaldía.
Durante todo el día, el único espacio libre de Navidad fue la plaza 24 de Septiembre. Allí la política todavía reina y la gente hace filas para firmar los libros del referéndum autonómico.
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