Funcionarios de Tránsito lamentaron que, pese a las diferentes campañas aplicadas en ámbitos públicos, como las realizadas en terminales de buses interdepartamentales, interprovinciales, con la finalidad de modificar la conducta persiste la forma de actuar. En tanto que conductores de sectores públicos reconocen sus errores.
Muchas de las campañas realizadas en diferentes sectores, sobre el peligro que ocasionan el conducir en estado de ebriedad en pasadas gestiones incluso se aplicó a escolares, para que eduquen a sus padres y eviten conducir en estado de ebriedad, pero pese a ellos los reportes de accidentes de tránsito, en estado de ebriedad continúan.
En algunos casos, cuando los hechos e tránsito ocurre al interior de comunidades, los infractores, familia y comunidad suelen oponerse al traslado de los cuerpos a la morgue a realizar el estudio médico forense y establecer no sólo las causas de la muerte, sino conocer el grado de alcohol que se tiene en la sangre de los conductores, pese a generar una vulneración de la norma por impedir una investigación, la conducta es la misma y hasta agresiva en algunos casos, observó uno de los investigadores de Tránsito.
“Son problemas con los que tropezamos al momento de realizar las retenciones de infractores en estado de ebriedad. Incluso en algunos casos conductores que fueron suspendidos de forma temporal por conducir en estado de ebriedad, en el momento que reinciden, se oponen a ser conducidos a Tránsito, mienten, no dan su identificación real, buscan por cualquier forma no ser retenidos, porque conocen que perderán su licencia de forma indefinida, pese a conocer este extremo continúan con la infracción de la norma”, explicó Mauricio Mamani un funcionario policial de parada.
Mientras existe un desarrollo de las ciudades intermedias, con vías más amplias, que son requeridas para viajes tanto interprovinciales, como interdepartamentales, cuando la demanda de las familias, es poder acceder a sus propios motorizados que les permita transportarse a otras ciudades o poblaciones rurales, al parecer la conducta de alto riesgo, como es el consumo de bebidas alcohólicas, no se modifica, se mantiene y peor aún esta se arraiga bajo la excusa de tradiciones culturales. Quedando las bebidas alcohólicas muy relacionadas desde el nacimiento, crecimiento, logros profesionales y laborales, sin que este consumo sea medido y controlado, por el contrario, en mucho de los casos de conducción peligrosa, los infractores, llegaron al extremo.
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