Las víctimas que sobrevivieron al accidente de tránsito que cobró la vida de 14 personas y dejó heridas a 21, el viernes, coincidieron en que la tragedia se produjo por fallas en el sistema de frenos y la poca pericia del conductor.
Estremecedor fue el testimonio de los sobrevivientes al contar lo vivido el instante en que el bus con placa de control 313-UID, perteneciente a la empresa de transporte de turismo Nuevo Continente, se precipitaba 87 metros en el barranco. El siniestro se produjo a las 10.00 del viernes. Las víctimas con vida fueron internadas en la Clínica Aranda, Arco Iris y Metodista, la última en la zona Sur de La Paz.
Personeros de las organizaciones no gubernamentales (ONG) promotoras del encuentro binacional, que tiene como pasantes a ingenieros y técnicos en agronomía, así como productores agrícolas de distintas poblaciones de Bolivia y Perú, se constituyeron en los centros médicos para indagar sobre el estado de salud de los heridos.
Los personeros de estas entidades, que evitaron identificarse, reflejaron su pena por lo sucedido y aseguraron que están haciendo todas las gestiones para que las víctimas retornen a sus distritos. El viaje era parte del programa de evaluación que debían hacer los representantes de las ONG CIPCA, ACLO, Q’ANA y SEDACEM de Bolivia y CADEF e IA de Perú, junto a los comunarios de Tambo Iquico, para retornar a la sede del Gobierno y continuar su viaje a las ciudades de Potosí y Tarija, y luego dirigirse a la localidad de Achocalla, La Paz, donde deberían culminar con el proceso de intercambio de experiencias en el ámbito agropecuario.
A las seis de la mañana, todos los componentes de la delegación que se encontraba alojada en el hotel El Dorado se aprestaban a viajar a una comunidad de Lambate para continuar con su labor de evaluación y lograr que la cooperación internacional siga contribuyendo para mejorar el trabajo en el agro tanto en materia de riego como en el uso de las semillas. El viaje duraría unas cinco horas. A excepción de los comunarios del lugar, la mayoría de los pasajeros desconocía el lugar.
La carretera hacia Lambate, de acuerdo con el teniente Gustavo Silva, es precario, debido a que el ancho de la vía no pasa de los cinco metros, lo que se presume hizo difícil la maniobra en las curvas.
Los testigos mencionaron que el paisaje en ese sector “era hermoso”. Estaban en las faldas del Illimani.
Muchos de ellos sacaron sus cámaras fotográficas y empezaron a tomar fotos del lugar.
La tragedia se produjo cuando todo parecía tranquilo. La góndola parecía que no tenía control hasta que llegó a una curva cerrada, donde el conductor perdió el control al retroceder y el vehículo se introdujo en el barranco. En el interior, los pasajeros empezaron a gritar con desesperación, contaron, la mayoría tratando de cuidar sus vidas.
Néstor Pinto, productor lechero de Viacha, con lesiones en la cabeza y fracturas en las costillas, relató que el instante del hecho se encontraba ubicado en el asiento que está sobre la llanta trasera. “Todos nos agarramos de los asientos pero fue inútil porque con los golpes del impacto que nos sacudió vi a muchos compañeros volar por todas partes, otros salían por las ventanas del bus”.
Fortunato Herbas, agricultor de Cochabamba, contó que unos 20 minutos antes del accidente el chofer les había hecho saber que tenía problemas en los frenos, pero a pesar de ello continuó con el viaje. “Los representantes de la comunidad que íbamos a visitar insistieron en que continuáramos y tuvimos que seguir, al final lo que nos ha pasado es una desgracia”. “Estaba en la tercera fila y vi cómo el bus fue a clavarse de frente y ha empezado a dar vueltas; cuando pasó todo pude salir y no había nada que hacer porque varias personas estaban tiradas en el suelo”.
Gróver Rojas presentaba lesiones en varias partes del cuerpo y en especial en la cabeza, motivo por el que deben hacerle varios exámenes de tomografía para establecer si tiene alguna lesión. “Sólo vi cómo nos entrábamos en el barranco y en el impacto la gente salía disparada por el aire. No sentía nada, estaba en shock, pero vi a varios de los compañeros tirados, otros no se movían. La muchacha que iba a mi lado estaba muerta, pues no tenía signos vitales”.
El ingeniero agrónomo Enrique Quispe (peruano), quien presenta varios traumas en el cuerpo y espera que hasta el lunes pueda ser dado de alta para retornar a Cusco, contó que cuando el vehículo iba a entrar en un río “tenía fallas y cuando el bus trataba de retroceder, creo que el freno no aguantó y se fue para abajo. Parece que el conductor no era de la ruta. En ese momento era salvarse como sea. Lo único que estaba esperando era no morir todavía porque espero retornar con mi familia”.
Investigan causas
El oficial a cargo del caso, teniente Gustavo Silva, informó ayer que las causas del hecho de tránsito ocurrido en la carretera La Paz-Lambate, provincia Sud Yungas, se encuentran en proceso de investigación y aclaró que es prematuro afirmar que el siniestro haya sucedido por falla mecánica o humana.
“Debemos esperar el resultado de los informes técnicos sobre el caso y recién tener certeza de la posible causa del accidente”, dijo. Sostuvo además que esperaba el arribo de los técnicos y lo que queda del vehículo accidentado para culminar con el peritaje policial.
El viernes, 14 personas perdieron la vida y 21 resultaron heridas. Varias de las víctimas fallecieron en el trayecto a los centros médicos debido a la falta de pronta atención. En cuanto al lugar donde se produjo el siniestro, Silva explicó que es de difícil acceso, motivo por el que los efectivos de Bomberos que acudieron al lugar tuvieron problemas para rescatar a las víctimas.
En una maniobra fue cuando el bus se introdujo en un barranco.
Datos
Uno de los heridos dijo que tuvieron que esperar varias horas para recibir el auxilio de los comunarios.
Éste es el tercer accidente de tránsito que ocurre en carreteras bolivianas en una semana.
El miércoles, el vuelco del bus de transporte El Alteño ocasionó nueve fallecidos y 42 heridos.
El mismo día, otro accidente de tránsito ocurrió a la altura de Conani, donde dos personas fallecieron.
Los galenos que atienden a los heridos evalúan caso por caso para ver si es necesario operar.
Muchos pasajeros coinciden en que las carreteras del país son deficientes y peligrosas.
Estremecedor fue el testimonio de los sobrevivientes al contar lo vivido el instante en que el bus con placa de control 313-UID, perteneciente a la empresa de transporte de turismo Nuevo Continente, se precipitaba 87 metros en el barranco. El siniestro se produjo a las 10.00 del viernes. Las víctimas con vida fueron internadas en la Clínica Aranda, Arco Iris y Metodista, la última en la zona Sur de La Paz.
Personeros de las organizaciones no gubernamentales (ONG) promotoras del encuentro binacional, que tiene como pasantes a ingenieros y técnicos en agronomía, así como productores agrícolas de distintas poblaciones de Bolivia y Perú, se constituyeron en los centros médicos para indagar sobre el estado de salud de los heridos.
Los personeros de estas entidades, que evitaron identificarse, reflejaron su pena por lo sucedido y aseguraron que están haciendo todas las gestiones para que las víctimas retornen a sus distritos. El viaje era parte del programa de evaluación que debían hacer los representantes de las ONG CIPCA, ACLO, Q’ANA y SEDACEM de Bolivia y CADEF e IA de Perú, junto a los comunarios de Tambo Iquico, para retornar a la sede del Gobierno y continuar su viaje a las ciudades de Potosí y Tarija, y luego dirigirse a la localidad de Achocalla, La Paz, donde deberían culminar con el proceso de intercambio de experiencias en el ámbito agropecuario.
A las seis de la mañana, todos los componentes de la delegación que se encontraba alojada en el hotel El Dorado se aprestaban a viajar a una comunidad de Lambate para continuar con su labor de evaluación y lograr que la cooperación internacional siga contribuyendo para mejorar el trabajo en el agro tanto en materia de riego como en el uso de las semillas. El viaje duraría unas cinco horas. A excepción de los comunarios del lugar, la mayoría de los pasajeros desconocía el lugar.
La carretera hacia Lambate, de acuerdo con el teniente Gustavo Silva, es precario, debido a que el ancho de la vía no pasa de los cinco metros, lo que se presume hizo difícil la maniobra en las curvas.
Los testigos mencionaron que el paisaje en ese sector “era hermoso”. Estaban en las faldas del Illimani.
Muchos de ellos sacaron sus cámaras fotográficas y empezaron a tomar fotos del lugar.
La tragedia se produjo cuando todo parecía tranquilo. La góndola parecía que no tenía control hasta que llegó a una curva cerrada, donde el conductor perdió el control al retroceder y el vehículo se introdujo en el barranco. En el interior, los pasajeros empezaron a gritar con desesperación, contaron, la mayoría tratando de cuidar sus vidas.
Néstor Pinto, productor lechero de Viacha, con lesiones en la cabeza y fracturas en las costillas, relató que el instante del hecho se encontraba ubicado en el asiento que está sobre la llanta trasera. “Todos nos agarramos de los asientos pero fue inútil porque con los golpes del impacto que nos sacudió vi a muchos compañeros volar por todas partes, otros salían por las ventanas del bus”.
Fortunato Herbas, agricultor de Cochabamba, contó que unos 20 minutos antes del accidente el chofer les había hecho saber que tenía problemas en los frenos, pero a pesar de ello continuó con el viaje. “Los representantes de la comunidad que íbamos a visitar insistieron en que continuáramos y tuvimos que seguir, al final lo que nos ha pasado es una desgracia”. “Estaba en la tercera fila y vi cómo el bus fue a clavarse de frente y ha empezado a dar vueltas; cuando pasó todo pude salir y no había nada que hacer porque varias personas estaban tiradas en el suelo”.
Gróver Rojas presentaba lesiones en varias partes del cuerpo y en especial en la cabeza, motivo por el que deben hacerle varios exámenes de tomografía para establecer si tiene alguna lesión. “Sólo vi cómo nos entrábamos en el barranco y en el impacto la gente salía disparada por el aire. No sentía nada, estaba en shock, pero vi a varios de los compañeros tirados, otros no se movían. La muchacha que iba a mi lado estaba muerta, pues no tenía signos vitales”.
El ingeniero agrónomo Enrique Quispe (peruano), quien presenta varios traumas en el cuerpo y espera que hasta el lunes pueda ser dado de alta para retornar a Cusco, contó que cuando el vehículo iba a entrar en un río “tenía fallas y cuando el bus trataba de retroceder, creo que el freno no aguantó y se fue para abajo. Parece que el conductor no era de la ruta. En ese momento era salvarse como sea. Lo único que estaba esperando era no morir todavía porque espero retornar con mi familia”.
Investigan causas
El oficial a cargo del caso, teniente Gustavo Silva, informó ayer que las causas del hecho de tránsito ocurrido en la carretera La Paz-Lambate, provincia Sud Yungas, se encuentran en proceso de investigación y aclaró que es prematuro afirmar que el siniestro haya sucedido por falla mecánica o humana.
“Debemos esperar el resultado de los informes técnicos sobre el caso y recién tener certeza de la posible causa del accidente”, dijo. Sostuvo además que esperaba el arribo de los técnicos y lo que queda del vehículo accidentado para culminar con el peritaje policial.
El viernes, 14 personas perdieron la vida y 21 resultaron heridas. Varias de las víctimas fallecieron en el trayecto a los centros médicos debido a la falta de pronta atención. En cuanto al lugar donde se produjo el siniestro, Silva explicó que es de difícil acceso, motivo por el que los efectivos de Bomberos que acudieron al lugar tuvieron problemas para rescatar a las víctimas.
En una maniobra fue cuando el bus se introdujo en un barranco.
Datos
Uno de los heridos dijo que tuvieron que esperar varias horas para recibir el auxilio de los comunarios.
Éste es el tercer accidente de tránsito que ocurre en carreteras bolivianas en una semana.
El miércoles, el vuelco del bus de transporte El Alteño ocasionó nueve fallecidos y 42 heridos.
El mismo día, otro accidente de tránsito ocurrió a la altura de Conani, donde dos personas fallecieron.
Los galenos que atienden a los heridos evalúan caso por caso para ver si es necesario operar.
Muchos pasajeros coinciden en que las carreteras del país son deficientes y peligrosas.
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