Un accidente vial apagó la joven vida de Guillermo Antonio Suárez Durán, de 24 años, que transitó hacia el más allá donándole sus riñones a dos pacientes con insuficiencia renal, que acrecentaron sus anhelos de vivir gracias al gesto generoso de la familia doliente.
El infortunado muchacho y su cuñado, Alfredo Paniagua Gutiérrez (33), fueron atropellados la madrugada del jueves pasado por un vehículo, cuyo conductor se dio a la fuga y los abandonó en el segundo anillo, frente al Comando de la Policía.
Suárez se llevó la peor parte, puesto que sufrió un traumatismo encefálico severo, que lo dejó con nulas posibilidades de recuperación, por lo que se convirtió en un oportuno candidato a donante. Entre tanto, Paniagua soportó fracturas en una pierna y contusiones en varias partes del cuerpo.
El joven expiró el viernes 7 y, previa autorización de los suyos, en seguida le extirparon los órganos en la clínica Incor, donde de immediato los trasplantaron a los que estaban primero en la lista de espera. “Cuando me avisaron sobre el accidente de mi hijo, yo me encontraba en Chile. Mi familia me puso al tanto de que unos pacientes necesitaban los riñones. Les dije que si era para salvar vidas, que estaba bien y así lo hicieron. He perdido a mi hijo, pero sé que vive en las personas que recibieron sus órganos”, manifestó Pablo Suárez Cesarí (70), que retornó al país de manera urgente para enterrar a su descendiente.
El cuerpo de Guillermo Antonio fue sepultado ayer por la tarde en un cementerio situado en la zona de Los Lotes, cerca del barrio donde vivía con sus familiares. Previamente le practicaron la autopsia debido a que había susceptibilidad de que le hubieran extraído otros órganos. Sin embargo, la disección confirmó que sólo le sacaron los riñones, según el informe del médico forense José Luis Satt.
La familia espera que Tránsito dé con el paradero del autor del atropello. No hay datos ciertos sobre las características del vehículo, sólo que era de color negro. Tras el impacto se desprendió un pedazo de metal, probablemente del parachoques.
El herido necesita ayuda económica
Alfredo Paniagua Gutiérrez (33) sobrevivió al accidente en el que murió su cuñado Guillermo Antonio Suárez Durán, pero su futuro es poco alentador porque tiene lesiones graves, principalmente en una de las piernas, que presenta múltiples fracturas.
Carmen Suárez Durán, cuñada del lesionado, manifestó que la familia es de condición humilde y, por lo tanto, no cuenta con recursos para solventar los gastos en el San Juan de Dios, donde está recibiendo atención desde el día del percance. “Él y mi hermana tienen cuatro hijos; el mayor es de siete años y el menor de dos. Ella por el momento no puede trabajar, ya que debe turnarse para cuidar a su marido y a sus pequeños”, dijo la mujer y agregó que si alguna persona de buen corazón quiere ayudar, puede llamar a los teléfonos 763 29504 y 708 57625. Paniagua se ganaba la vida como pintor de casas.
El infortunado muchacho y su cuñado, Alfredo Paniagua Gutiérrez (33), fueron atropellados la madrugada del jueves pasado por un vehículo, cuyo conductor se dio a la fuga y los abandonó en el segundo anillo, frente al Comando de la Policía.
Suárez se llevó la peor parte, puesto que sufrió un traumatismo encefálico severo, que lo dejó con nulas posibilidades de recuperación, por lo que se convirtió en un oportuno candidato a donante. Entre tanto, Paniagua soportó fracturas en una pierna y contusiones en varias partes del cuerpo.
El joven expiró el viernes 7 y, previa autorización de los suyos, en seguida le extirparon los órganos en la clínica Incor, donde de immediato los trasplantaron a los que estaban primero en la lista de espera. “Cuando me avisaron sobre el accidente de mi hijo, yo me encontraba en Chile. Mi familia me puso al tanto de que unos pacientes necesitaban los riñones. Les dije que si era para salvar vidas, que estaba bien y así lo hicieron. He perdido a mi hijo, pero sé que vive en las personas que recibieron sus órganos”, manifestó Pablo Suárez Cesarí (70), que retornó al país de manera urgente para enterrar a su descendiente.
El cuerpo de Guillermo Antonio fue sepultado ayer por la tarde en un cementerio situado en la zona de Los Lotes, cerca del barrio donde vivía con sus familiares. Previamente le practicaron la autopsia debido a que había susceptibilidad de que le hubieran extraído otros órganos. Sin embargo, la disección confirmó que sólo le sacaron los riñones, según el informe del médico forense José Luis Satt.
La familia espera que Tránsito dé con el paradero del autor del atropello. No hay datos ciertos sobre las características del vehículo, sólo que era de color negro. Tras el impacto se desprendió un pedazo de metal, probablemente del parachoques.
El herido necesita ayuda económica
Alfredo Paniagua Gutiérrez (33) sobrevivió al accidente en el que murió su cuñado Guillermo Antonio Suárez Durán, pero su futuro es poco alentador porque tiene lesiones graves, principalmente en una de las piernas, que presenta múltiples fracturas.
Carmen Suárez Durán, cuñada del lesionado, manifestó que la familia es de condición humilde y, por lo tanto, no cuenta con recursos para solventar los gastos en el San Juan de Dios, donde está recibiendo atención desde el día del percance. “Él y mi hermana tienen cuatro hijos; el mayor es de siete años y el menor de dos. Ella por el momento no puede trabajar, ya que debe turnarse para cuidar a su marido y a sus pequeños”, dijo la mujer y agregó que si alguna persona de buen corazón quiere ayudar, puede llamar a los teléfonos 763 29504 y 708 57625. Paniagua se ganaba la vida como pintor de casas.
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