El ministro de Obras Públicas, Servicios Básicos y Vivienda, Wálter Delgadillo, anunció ayer a los dirigentes de la Confederación de Choferes de Bolivia que el Gobierno promulgará un decreto mediante el que todo conductor de servicio público que sea sorprendido al volante bajo el influjo de bebidas alcohólicas perderá su brevet automáticamente.
En la actualidad, el Código de Tránsito permite a un chofer incurrir en esta falta dos veces, pues a la tercera pierde su licencia de conducir de forma definitiva.
La proyectada disposición es consecuencia de los nueve accidentes automovilísticos que costaron la vida a 92 personas y dejaron heridas a 217 en el primer mes de este año.
Este hecho derivó en una segunda homilía del cardenal Julio Terrazas, quien el domingo en Santa Cruz volvió a exhortar a los conductores a dejar de causar “sufrimiento y dolor”, como lo había el 10 de enero.
“Una vez más nuestras carreteras se han convertido en lugares de muerte. Creo que ya es hora de que se tome conciencia de este problema que un día nos deja seis muertos, otro día 10, otro 80 heridos y cada día prácticamente nuestras carreteras producen muertes en lugar de encuentro y vida”.
Consultado sobre el proyecto gubernamental, el principal dirigente de los conductores, Franklin Durán, dijo que si bien el tema merece un profundo estudio, “debemos encontrar alguna manera de parar esto, porque últimamente hubo muchos accidentes atribuibles a la ebriedad de los choferes”.
El ministro Delgadillo también comunicó que cada accidente será investigado para determinar la responsabilidad de los conductores, pasajeros, peatones y policías, por lo que se ordenó que la Patrulla Caminera ejerza mayor control en carreteras y trancas, a fin de evitar exceso de pasajeros en los vehículos de transporte pesado, impedir que los choferes conduzcan ebrios y que se cumplan todas las disposiciones legales.
Al término del encuentro, Durán dijo que transmitirá a los representantes de sus afiliados las decisiones del Ejecutivo con el fin de que sean analizadas en un ampliado el miércoles en La Paz.
De los nueve siniestros producidos el mes pasado, ninguno fue causado por fallas mecánicas, sino que las investigaciones atribuyen los hechos de tránsito a cuatro factores.
El primer accidente del año fue resultado de la impericia del chofer de un bus de flota Bolivia que no pudo maniobrar para evitar chocar a una vagoneta que iba por delante, la embistió y se desbarrancó.
La imprudencia de los conductores fue la causa de los accidentes sufridos por el minibús que iba de norte a sur por la avenida 6 de Marzo, en la ciudad de El Alto, del bus de Trans La Asunta que no colocó una cuña adecuada mientras descargaba su vehículo, el motorizado de Buses Potosí que invadió carril y arrolló a un colectivo de Trans Copacabana, y del automovilista que arrolló a una anciana en Sucre.
Dos siniestros fueron consecuencia de la falta de una adecuada señal de prevención del camión estacionado sobre la carretera Arica-La Paz, a la altura de El Tholar, y del tráiler que llevaba una motoniveladora hacia la región yungueña.
Finalmente, Luis Miguel Muñoz Díaz, conductor de un bus de flota Cosmos, y el ex presidente Jaime Paz Zamora manejaban bajo efectos del alcohol y provocaron dos choques fatales.
Los siniestros se produjeron en cinco departamentos del país.
Escóbar firmó licencia irregular
El ex comandante nacional de la Policía Víctor Hugo Escóbar, cuando fungía como director departamental de Tránsito de La Paz, firmó la licencia de conducir de categoría C de Luis Miguel Muñoz Díaz, cuando éste no tenía la edad suficiente para manejar buses como el que se volcó y causó cinco muertes y heridas a 43 personas.
Esa licencia de conductor profesional fue expedida el 28 de mayo de 2006, cuando tenía 20 años. Inútiles fueron los esfuerzos de La Prensa por comunicarse ayer con la ex autoridad.
La reglamentación vigente permite que un chofer profesional acceda a la categoría A a los 18 años de edad y mantendrá esa condición durante cinco años. En esta etapa sólo puede manejar taxis, radiotaxis y camionetas de transporte urbano.
Entre los 23 y los 28 años, el chofer asciende a la categoría B, que le permite conducir minibuses y microbuses de hasta 21 pasajeros.
A partir de los 29 años, cuando se supera los exámenes respectivos, el chofer queda autorizado para llevar el volante de todo tipo de motorizados.
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