El cabo Javier Masco Aguilar (29) murió el domingo tras dos días de agonía en la clínica policial Virgen de Copacabana. El joven fue arrollado la mañana del jueves por un conductor ebrio, percibía un salario de aproximadamente 1.300 bolivianos al mes y se disponía a defender su tesis para graduarse de abogado de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
El policía fue enterrado ayer en el Cementerio General, en medio de la congoja de sus familiares y acompañantes, quienes pidieron justicia.
Según sus camaradas, hace nueve años que prestaba sus servicios en la Policía Departamental y en los últimos cuatro años patrullaba las calles con otros efectivos del 110.
En una de esas rondas de control, a las 07.45 del pasado jueves, fue convocado por los vecinos de la avenida Segundo Bascones de la zona de El Tejar.
Los ciudadanos, según relató uno de sus camaradas, quien pidió mantener su nombre en reserva, denunciaron que una vagoneta Nissan con placa de control 1146-IZS color negro daba vueltas por la avenida y era conducida por una persona en estado de embriaguez.
El cabo Masco paró el vehículo y para evitar que un accidente intentó quitar la llave a Ubaldo F. M. (39), conductor del motorizado, pero éste en lugar de aceptar esa sugerencia arrancó y su acompañante, según uno de los testigos, agarró de las manos al efectivo. Lo arrastraron casi 30 metros y lo soltaron cuando el coche imprimía gran velocidad, por lo que el uniformado se golpeó la cabeza. El uniformado fue auxiliado y trasladado a la clínica policial Virgen de Copacabana, donde fue sometido a una intervención quirúrgica de la cabeza.
Producto del golpe estuvo en coma y falleció el domingo en el centro de salud policial.
“Ni el chofer ni su acompañante tuvieron compasión, se estaban dando a la fuga, pero una llanta estaba reventada”, contó uno de sus camaradas, quien relató que tanto la Policía Comunitaria como los vecinos los interceptaron y detuvieron.
El fin de semana, el conductor fue remitido a la cárcel de San Pedro, y ahora debe responder por el delito de homicidio en accidente de tránsito. Según ANF, el informe médico indica que el grado de alcohol en la sangre del chofer llegó al 1,52, porcentaje que determina una sanción.
Proceso no sólo al conductor
Uno de los compañeros de Masco demanda que el peso de la justicia no sólo recaiga sobre el chofer, sino también se aplique en la persona que iba con él, pues también es responsable. El comandante de Radio Patrullas 110, coronel José Luis García, explicó que en la querella también se pidió el juzgamiento de Reynaldo P. C. (47), quien acompañaba al chofer, pero desconoce por qué el fiscal sólo requirió el procesamiento del conductor.
“A mi hermanito lo han matado, lo han arrastrado 30 metros, sin compasión, ni siquiera lo han auxiliado, se han escapado todavía, su acompañante lo ha agarrado de la mano y arrastrado, está triste toda la familia”, expresó en medio de sollozos Sonia Masco, una de las hermanas del uniformado. Contó que Javier era el séptimo hermano y que, como estaba todavía soltero, ayudaba a su padre Pedro Germán Masco Cruz. Dijo que era un ejemplo para su familia porque se daba tiempo para estudiar. En marzo egresó de la Carrera de Derecho y preparaba su tesis para graduarse de abogado.
Otro de los hermanos, Carlos, dijo que quieren “que haya un castigo ejemplar para quien mató a mi hermano, él tomó el mando de la familia, nos apoyaba, orientaba, nos llamaba la atención”. El caso está en investigación y una vez que se acumulen pruebas se iniciará el proceso respectivo.
Más datos
Javier Masco, de 29 años, se graduó cabo de la Escuela Básica de Policías (Esbapol).
Desde hace cuatro años patrullaba las calles de La Paz con otros efectivos del 110.
El jueves fue convocado por los vecinos de El Tejar para detener a un chofer ebrio.
En lugar de ceder la llave al uniformado, como éste lo pidió, el conductor fugó.
Su acompañante cogió de las manos al uniformado, por lo que éste fue arrastrado.
Cuando el vehículo imprimía velocidad, Masco fue soltado y se golpeó la cabeza.
El policía fue enterrado ayer en el Cementerio General, en medio de la congoja de sus familiares y acompañantes, quienes pidieron justicia.
Según sus camaradas, hace nueve años que prestaba sus servicios en la Policía Departamental y en los últimos cuatro años patrullaba las calles con otros efectivos del 110.
En una de esas rondas de control, a las 07.45 del pasado jueves, fue convocado por los vecinos de la avenida Segundo Bascones de la zona de El Tejar.
Los ciudadanos, según relató uno de sus camaradas, quien pidió mantener su nombre en reserva, denunciaron que una vagoneta Nissan con placa de control 1146-IZS color negro daba vueltas por la avenida y era conducida por una persona en estado de embriaguez.
El cabo Masco paró el vehículo y para evitar que un accidente intentó quitar la llave a Ubaldo F. M. (39), conductor del motorizado, pero éste en lugar de aceptar esa sugerencia arrancó y su acompañante, según uno de los testigos, agarró de las manos al efectivo. Lo arrastraron casi 30 metros y lo soltaron cuando el coche imprimía gran velocidad, por lo que el uniformado se golpeó la cabeza. El uniformado fue auxiliado y trasladado a la clínica policial Virgen de Copacabana, donde fue sometido a una intervención quirúrgica de la cabeza.
Producto del golpe estuvo en coma y falleció el domingo en el centro de salud policial.
“Ni el chofer ni su acompañante tuvieron compasión, se estaban dando a la fuga, pero una llanta estaba reventada”, contó uno de sus camaradas, quien relató que tanto la Policía Comunitaria como los vecinos los interceptaron y detuvieron.
El fin de semana, el conductor fue remitido a la cárcel de San Pedro, y ahora debe responder por el delito de homicidio en accidente de tránsito. Según ANF, el informe médico indica que el grado de alcohol en la sangre del chofer llegó al 1,52, porcentaje que determina una sanción.
Proceso no sólo al conductor
Uno de los compañeros de Masco demanda que el peso de la justicia no sólo recaiga sobre el chofer, sino también se aplique en la persona que iba con él, pues también es responsable. El comandante de Radio Patrullas 110, coronel José Luis García, explicó que en la querella también se pidió el juzgamiento de Reynaldo P. C. (47), quien acompañaba al chofer, pero desconoce por qué el fiscal sólo requirió el procesamiento del conductor.
“A mi hermanito lo han matado, lo han arrastrado 30 metros, sin compasión, ni siquiera lo han auxiliado, se han escapado todavía, su acompañante lo ha agarrado de la mano y arrastrado, está triste toda la familia”, expresó en medio de sollozos Sonia Masco, una de las hermanas del uniformado. Contó que Javier era el séptimo hermano y que, como estaba todavía soltero, ayudaba a su padre Pedro Germán Masco Cruz. Dijo que era un ejemplo para su familia porque se daba tiempo para estudiar. En marzo egresó de la Carrera de Derecho y preparaba su tesis para graduarse de abogado.
Otro de los hermanos, Carlos, dijo que quieren “que haya un castigo ejemplar para quien mató a mi hermano, él tomó el mando de la familia, nos apoyaba, orientaba, nos llamaba la atención”. El caso está en investigación y una vez que se acumulen pruebas se iniciará el proceso respectivo.
Más datos
Javier Masco, de 29 años, se graduó cabo de la Escuela Básica de Policías (Esbapol).
Desde hace cuatro años patrullaba las calles de La Paz con otros efectivos del 110.
El jueves fue convocado por los vecinos de El Tejar para detener a un chofer ebrio.
En lugar de ceder la llave al uniformado, como éste lo pidió, el conductor fugó.
Su acompañante cogió de las manos al uniformado, por lo que éste fue arrastrado.
Cuando el vehículo imprimía velocidad, Masco fue soltado y se golpeó la cabeza.
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