domingo, 12 de septiembre de 2010

El control se queda en promesa y la vía a Oruro cobra más vidas

“Sólo me encomiendo a Dios para llegar bien”, confiesa Lourdes Espejo, una comerciante que recorre la carretera La Paz-Oruro, que de tanto en tanto engulle vidas y da cuerpo a la leyenda urbana de que es la segunda “ruta de la muerte”.

De enero al 7 de septiembre de este año, 82 personas fallecieron y otras 129 resultaron heridas en 12 accidentes de tránsito producidos en esta vía. La cifra de decesos es 23% mayor que la del mismo período del año pasado (60).

La seguridad vial no ha mejorado pese a los compromisos asumidos por el Consejo Nacional de Seguridad Vial, el 17 abril del 2010, tras producirse una cadena de siniestros que pusieron en el centro del debate público la necesidad de emprender acciones para reducir la tasa de accidentes en esta ruta de alto tráfico.

La Razón hizo un recorrido para conocer si las nueve medidas de seguridad, anunciadas aquella vez por este Consejo —conformado por la Policía Nacional, la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) y la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Telecomunicaciones y Transportes (ATT)—, se ejecutaron, y verificó que sólo tres se cumplieron, aunque a la fecha tienen problemas. La Policía tenía que instalar una carpa de control entre las localidades de Calamarca y El Tholar y realizar un riguroso control en las trancas. Ninguna de esas tareas se cumple, sea por falta de equipamiento o por la permisividad de los agentes.

Son las 10.30 del martes 7 de septiembre y en el puesto de control de Achica Arriba, al salir de La Paz, dos efectivos del Organismo Operativo de Tránsito se acercan a dos vehículos particulares y ordenan a los conductores que aparquen los coches a un lado de la vía.

“Muéstreme su botiquín, su extinguidor y su triángulo”, ordena un policía al chofer. Carlos D, el conductor, no cuenta con ninguno de estos elementos y lo confiesa. “Vaya a comprar un triángulo a aquella tienda y lo demás le voy a dejar pasar”.

Una vez con ese artículo, el efectivo da la orden para que el motorizado pase el peaje.

Este medio se quedó 30 minutos en ese punto y por la tranca pasaron 11 buses interdepartamentales de diferentes empresas y ninguno de ellos fue sometido a control por la Policía. Los conductores se limitaron a pagar Bs 10 en el puesto para el mantenimiento de la ruta, y reemprendieron viaje hacia Oruro.

Uno de los jefes policiales, quien no quiso revelar su nombre por seguridad, argumentó que no se realiza el control a los buses porque “se supone que en la terminal de La Paz ya se lo hace”. Carmen, vendedora de edredones, viaja siempre a La Paz para comprar el producto y llevarlo a Oruro. “Tengo miedo, pero qué puedo hacer, sólo rezar”, dice. Cerca de El Tholar, un bus de la empresa Aroma está estacionado a un lado de la vía, a la derecha del carril de ida a La Paz. El chofer puso un poco de paja y piedras como señalización, imprudencia frecuente.

Gastón F., el mesero de un restaurant de esa localidad, contó que el motorizado pasó la noche en el mismo lugar. Un policía de la tranca de Achica Arriba señaló que los dos vehículos que tienen que realizar patrullajes no lo hacen frecuentemente por falta de gasolina. Un oficial entrevistado en el mismo lugar informó que la ambulancia entregada por el Consejo para socorrer a los heridos “sale a las carreteras y no solamente a auxiliar”, también hace patrullaje.

La Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) colocó en abril al menos una veintena de carteles verticales, con leyendas que instaban a los conductores a bajar la velocidad y no invadir el carril entre La Paz y El Tholar. La Razón evidenció que seis de esos letreros están doblados y despintados; que las tachas reflectivas, que delimitan ambos carriles, fueron robadas, y que siguen las ondulaciones en la capa asfáltica, lo que provoca un desequilibrio en los coches que puede derivar en vuelcos.

La imprudencia de los choferes se confirma una vez más. Buses, vagonetas y hasta camiones invaden el carril para rebasar a otros. El Viceministerio de Seguridad Ciudadana y la ATT realizaron talleres de capacitación a al menos 5.000 choferes para evitar esta conducta. No se conocen los resultados. Finalmente, los rompemuelles que debían haberse puesto a la salida de las estaciones de servicio, no existen.

Otros datos sobre los accidentes

De enero a septiembre del 2009, 60 personas perdieron la vida y otras 100 resultaron heridas en diferentes accidentes en la ruta La Paz-Oruro. Las cifras son menores respecto al mismo período de este año.

El 19 de enero ocurrió el hecho más trágico del año en la vía. Un bus de la empresa Pullman Bus chocó de frente con un camión parado en Ayo Ayo. 16 personas perecieron

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