El mal uso de la caja de velocidades para frenar, propio de choferes con poca experiencia, fue un factor determinante para los accidentes de las flotas El Dorado 592-XXH y Trans Uncía 1075-AYB en los que murieron 38 pasajeros y al menos medio centenar resultaron heridos, según se desprende del informe final de la investigación que realizó Tránsito Quillacollo y que fue enviado a la Fiscalía.
A seis meses de las dos tragedias, el investigador de Tránsito informó que el 24 de junio el chofer del bus El Dorado, Raúl Calle (37), usó el freno de pie para bajar de Bombeo hacia Parotani, y al llegar a la zona conocida como “El Sillarcito” –por sus curvas pronunciadas similares a las del tramo más conflictivo en la ruta a Santa Cruz– perdió el control del motorizado.
Según el informe, “después de Bombeo hay unos cuatro kilómetros en pendiente y curva contra curva. Durante todo ese trayecto, el chofer ha ido usando el freno de pie y no ha utilizado el freno de motor. Eso ha ocasionado que se cristalicen las balatas, por el excesivo uso de los frenos. Ello a su vez originó que al llegar a la curva no le respondan los frenos (al chofer) y haga una maniobra esquiva, vuelque el vehículo y se embarranque”.
En base a esos elementos, Tránsito atribuyó el hecho a la falta de precaución y al mal uso de la caja de velocidad. Por ello, el chofer Raúl Calle afronta el cargo de “homicidio en accidente de tránsito” y de ser hallado culpable en el juicio previsto para 2011, puede recibir una condena máxima de 10 años. Mientras tanto, los sobrevivientes de esta tragedia –que en su mayoría quedaron con secuelas de por vida– han iniciado acciones civiles contra el propietario de la flora El Dorado para reclamar una indemnización al margen del seguro obligatorio. Aunque el chofer fue detenido poco después del hecho, ahora se halla bajo medidas sustitutivas, según la misma fuente.
La tragedia de la Trans Uncía es similar pero se encontraron más irregularidades como la falta de precaución, falta de antigüedad del chofer para conducir estos motorizados (22 años), la falsificación de la licencia y el mal uso de la caja de velocidades.
Según el mismo informe, el chofer, Alejandro Gandarillas (22), ahora con detención domiciliaria, “bajó alrededor de cinco kilómetros utilizando simplemente el freno de pie, (…) no ha podido controlar el bus”, según el informe de Tránsito.
El decreto de seguridad vial
Según el Decreto 420 de Seguridad Vial, que entró en vigencia a raíz de la ola de accidentes que se registró a comienzos de 2010, como parte de las medidas de seguridad para los pasajeros, la empresa es responsable de acreditar a los choferes, por lo que el informe, además de ser enviado a la Fiscalía, fue remitido a la Autoridad de Fiscalización de Control Social de Telecomunicaciones y Transportes (ATT).
Según el artículo 3 del decreto: “Los operadores deberán obtener la acreditación del Viceministerio de Transporte con la finalidad de garantizar la aptitud de los conductores”.
La investigación de ambos accidentes arrojó datos sobre la falta de calificación de los choferes, y al respecto el decreto remarca en su artículo 8 que “los operadores son corresponsables del desempeño del equipo de conducción y mantenimiento de los vehículos automotores”. En el caso de Trans Uncía, se habilitó un bus más por la gran cantidad de pasajeros a Llallagua y delegó su conducción a dos choferes que no se presentaron al control, mientras que en el caso de El Dorado aún resta indagar por qué un chofer aparentemente con experiencia incurrió en un error que sólo se ve en principiantes como el uso excesivo del freno de pie.
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