Cerca de las 13:00, el tráfico en la subida al barrio Senac es fluida, la cantidad de vehículos que circula por esta vía es de gran cantidad, la velocidad que imprimen los conductores pasa los 50 kilómetros por hora, a veces más, de subida y bajada esta avenida tiene una circulación constante, lamentablemente la imprudencia y la irresponsabilidad de los conductores también lo es.
En el carril de bajada, un motociclista, sin casco de seguridad, intentó pasar un micro por el carril derecho, la velocidad de ambos motorizados habría sobrepasado los 50 Km/h, la impericia del conductor y su imprudencia no visibilizaron el montón de piedras y arena que fueron dejados irresponsablemente en la calzada.
El impacto de la llanta delantera con una enorme piedra hizo que el motociclista perdiera el control, siguió bajando unos metros más para terminar impactando en una pared de frente, rasguños en el rostro, los brazos y el resto de su cuerpo eran visibles, mientras que las heridas internas que habría sufrido no lo eran, el estado inconsciente en el que quedo era preocupante.
“Yo he visto cómo ha rebotado, fue horrible, parece que quería ganarle al micro y no se fijo en las piedras”, relató una joven que de inmediato llamó a Radio Patrullas 110 para que auxilien al herido.
“Mire, no puede ser que sean tan irresponsables y dejen todo este material en plena calle, está ahí todo desparramado por la calle y pueden seguir ocasionando accidentes, ojala y este muchacho se recupere y no tenga heridas serias”, expresó otro testigo que llamó al Hospital Regiona San Juan de Dios para que lleguen al lugar de los hechos y recordó que el nosocomio cuenta con dos ambulancias y el personal calificado para atender a las víctimas de este tipo de hechos.
La aglomeración de vehículos en la avenida, tanto de subida como de bajada, impedía una circulación fluida, no faltaban los curiosos que evitaban que las personas puedan auxiliar al herido, desde los motorizados incluso frenaban para, simplemente, mirar.
La respuesta recibida por parte de las operadoras de los servicios de emergencia era “espere por favor… no contamos con el personal suficiente… llame a bomberos… llame al hospital…” entre otras, el auxilio se hacía esperar, habían transcurrido ya unos 20 minutos desde el accidente, la aglomeración de gente y motorizados ya llegaba cerca del puente San Martín.
El ulular de la ambulancia de Bomberos de la Policía Boliviana ya se escuchaba, partió inmediatamente desde el Comando Departamental, los irresponsables conductores no daban el paso obligatorio al vehículo de emergencias, el personal del Organismo Operativo de Tránsito intentaba controlar el tráfico, pero como ocurre en otras ciudades del país y del mundo, los conductores siguen a la ambulancia para llegar más rápido a su destino. ¡Qué irresponsabilidad!
No faltó aquella señora que dijo: “pero y estos qué se creen, por qué no dejan pasar, tengo que llegar a mi casa…”, mientras gritaba esto no dejaba de tocar su bocina, como el resto de las personas que vieron interrumpida su circulación.
La ambulancia de Bomberos, como siempre es la primera en atender los casos de emergencia, incluso fuera de la ciudad, y no la del Hospital, se abrió paso por donde pudo, invadir carril, acelerar lo más que el tráfico lo permita, todo tenía que hacer con la firme convicción que tienen sus miembros de ayudar a la población y socorrer al herido. Algo que se debe ponderar todos los días.
El joven permaneció tendido en el suelo, la sangre bañaba su rostro, el motorizado fue parado inmediatamente para evitar derrame gasolina y el tráfico sea cortado, un par de ciudadanos ejerció la función de varitas para controlar el tráfico, no faltó el conductor irresponsable y curioso que solamente frenaba para ver qué había ocurrido.
La ambulancia de Bomberos llegó, inmediatamente los oficiales bajaron la camilla, la celeridad era importante para salvar la vida del joven, “uno, dos, tres…” la cuenta para trasladar al herido a la camilla y subirlo al vehículo, la gente que cuidó al muchacho podía respirar tranquila, todo quedaba ya en manos de las autoridades y de los médicos que le atenderían al momento de llegar al Hospital.
Como 15 minutos más tarde, luego que fuera evacuado el herido, llegó la ambulancia del hospital, la gente criticó esta situación “no puede ser que ellos lleguen tan tarde, la gente se puede morir y estos llegan cuando quieren…” eran algunos de los comentarios contra el servicio que presta el Hospital San Juan de Dios que debería contar con un servicio inmediato y especializado.
“Los bomberos aunque no tienen médicos ayudan, ellos siempre están cuando los necesitamos”, dijo un ciudadano que recordó que esta unidad aún no cuenta con un carro bombero nuevo y el equipo con el que cuentan es casi obsoleto, pero aún así esta unidad es una de las más queridas por la población.
Minutos más tarde, una camioneta de la Estación Policial Integral de Seguridad (EPIS) del distrito 13 llegó con la intención de trasladar el motorizado a estas dependencias para su custodia, el personal de Tránsito también llegó para realizar las mediciones e indagaciones correspondientes, el principal motivo de este hecho fue la imprudencia y la irresponsabilidad del propietario del inmueble donde estaba desparramado el material de construcción. Más adelante se conoció que el propietario de este sería el actual gerente de Servicios Eléctricos de Tarija (Setar), Luís Paz.
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