Con la finalidad de prevenir los accidentes en carreteras, el Gobierno alista una serie de medidas que apuntan a endurecer el control sobre choferes y empresas de transporte de pasajeros.
Las disposiciones apuntan principalmente a que nadie maneje más de cuatro horas continuas.
Representantes de los ministerios de Gobierno y Obras Públicas y autoridades del Organismo Operativo de Tránsito sostuvieron ayer una reunión para afinar detalles del proyecto de decreto que, en caso de ser concluido, será puesto a consideración del gabinete para ser aprobado hoy, ante la ola de accidentes en carreteras que dejaron 92 muertos y 217 heridos en el mes de enero.
El Código Penal vigente establece sanciones leves para quienes causen muertes o lesiones de diversa consideración en terceros al conducir vehículos, aunque éstas se agravan cuando lo hacen bajo el influjo de alcohol o drogas.
El artículo 261, referido a homicidio y lesiones graves y gravísimas en accidentes de tránsito, determina que quien cause el deceso o lesiones de una o más personas sufrirá una pena máxima de uno a tres años, pero los condenados pueden acogerse al perdón judicial o la suspensión condicional de la pena, por lo que no son recluidos, aún en caso de reincidencia.
En caso de que el chofer hubiera estado ebrio o drogado, la pena será de uno a cinco años de cárcel.
El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, explicó ayer que la disposición obligará a los conductores y empresas de transporte de pasajeros a pasar por procesos anuales de certificación para renovar sus licencias de categoría C y sus autorizaciones para operar.
A través de este mecanismo, los choferes serán sometidos a revisiones médicas, pruebas físicas y exámenes teórico-técnicos. Aquellos conductores que no cumplan satisfactoriamente los estándares mínimos perderán la posibilidad de conducir este tipo de motorizados pesados con pasajeros.
Las empresas deberán demostrar anualmente que sus buses se encuentran en perfectas condiciones y reciben mantenimiento periódico para prevenir percances por fallas mecánicas, además de que no sobreexploten a sus choferes.
Las primeras medidas en este sentido han sido tomadas en las terminales de La Paz y Santa Cruz de la Sierra, donde choferes y relevos deben entregar las fotocopias de sus cédulas de identidad y brevets, que son selladas.
En el caso de La Paz, los conductores deben firmar un libro de actas. Los papeles deben ser entregados a la llegada a la terminal de destino.
La disposición proyectada señala que en los retenes ubicados en las principales carreteras del país deberán presentarse los choferes sobrios y que titular y relevo son los mismos que partieron.
Este tipo de controles se efectuaba hasta hace unos ocho años, pero fue suprimido bajo la presidencia de Gonzalo Sánchez de Lozada, a pedido de los choferes, quienes denunciaron exacciones en algunos retenes.
Las empresas no podrán exigir a sus asalariados trabajar en turnos de 24 horas continuos, bajo la advertencia de que pueden perder la licencia para prestar este servicio.
Otro elemento que contendrá la nueva norma será la prohibición estricta para todo conductor sorprendido al volante después de haber ingerido bebidas alcohólicas, pues perderá automáticamente su brevet.
Llorenti recalcó que “chofer que sea hallado con algún rastro o nivel alcohólico va a tener suspendida su certificación de por vida. No va a poder conducir un bus toda la vida”.
El paquete de medidas incluye, también, establecer un sueldo mínimo para los trabajadores del volante.
El ministro Sacha Llorenti añadió: “Obviamente no sólo estamos viendo la responsabilidad de los choferes, sino la que corresponde a los dueños, de los representantes legales y las condiciones laborales de los choferes”.
La certificación de conductores y empresas será efectuada por un consejo especial, cuya composición era objeto de debate anoche.
La primera labor de los integrantes de este consejo será una depuración de todas las licencias de conducir de categoría C, que autorizan a sus portadores el manejo de ómnibus de larga distancia y en general todo tipo de motorizados pesados.
Con esa finalidad se obtendrá la información de las divisiones de licencias de los organismos operativos de Tránsito de todo el país para depurar aquellos documentos adulterados, clonados, falsos, sin haber cumplido todos los requisitos o los obtenidos de forma irregular.
Los conductores que hubieran obtenido legalmente sus licencias recibirán la primera certificación.
Franklin Durán, secretario ejecutivo de la Confederación de Choferes de Bolivia, rechazó la posibilidad de que
sean las mismas autoridades de Tránsito quienes se hagan responsables de la verificación respectiva.
De forma paralela, ayer comenzó el primer curso taller de concienciación y actualización de normas, que es impartido por representantes del Organismo de Tránsito y la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Telecomunicaciones y Transportes (ATT).
Las conferencias son dirigidas a conductores de buses y se dictan en ambientes de la Terminal de La Paz, donde se reunieron unas 100 personas.
Los choferes solicitaron que esta charla se efectúe en todo el país, aunque forma parte del paquete de medidas que aplicará el Gobierno para controlar al transporte masivo.
Este decreto prevé fijar un sueldo mínimo para los choferes.
La primera labor de certificación será revisar la validez de brevets.
Conductores admiten que beben
Cinco choferes de transporte interdepartamental reconocieron ayer, en la Terminal de Buses de La Paz, que toman pequeños tragos de alcohol en las carreteras para cobrar energía y no con la finalidad de embriagarse.
Los conductores entrevistados declararon que el acullico de hoja de coca sirve para combatir la somnolencia y el cansancio que provoca el trayecto y que “de vez en cuando le echamos un traguito”.
Blas Núñez Coronel, secretario de Conflictos del Sindicato de Buses La Paz, dijo que las medidas que pretende adoptar el Gobierno “son acertadas, porque un chofer que conduce borracho un bus con 40 pasajeros es como una bomba de tiempo”.
En cambio, Fructuoso Requena expresó que el Gobierno sólo “se moviliza cuando hay accidentes. Para ser sincero, es justa la determinación, se dice a los conductores que no beban alcohol, pero continúan cometiendo ese error. Se consume coca para quitar el sueño, al igual que el cigarro”.
Alejandro Herrera, conductor y representante de flota Panamericana, que maneja vehículos desde 1976, sostuvo que las medidas no son novedosas y desde que conduce los errores se cometen por falta de educación vial. “Lo que ahora están haciendo es rellenar huecos que siempre han existido. El consumo de hoja de coca es para no cansarse, como los mineros, debemos aguantar. El alcohol es para ch’allar y no para tomar”.
Julio Ortega, conductor de Trans Copa Moya, dijo que el consumo de coca es normal pero no así el alcohol, pese a que reconoce que hay choferes irresponsables que piensan que llevan carga en vez de personas en sus buses”.
Finalmente, Santos Severo Molina, chofer de la flota peruana Trans Ormeño, refirió que en Bolivia no hay normas de control y que los conductores “hacen lo que les viene en gana en las carreteras. No tienen hoja de ruta y tampoco registran a los pasajeros en el Ministerio de Transportes. En Perú, si bebemos alcohol en el camino, somos inhabilitados por un año, si causamos accidentes con muerte, la sanción es de por vida”.
Pasajeros hablan de una “ruleta rusa”
Usuarios consultados en la misma Terminal de Buses afirmaron a La Prensa que subir a un bus es como jugar a la “ruleta rusa”, pues desconocen qué es lo que ocurrirá durante el viaje, pese a los mecanismos de control.
Juan Carlos Condori, quien viajó en un bus de flota El Dorado desde Cochabamba, aseveró que la inspección que efectúan los policías no es completa y que sólo “le dan una repasada visual” al vehículo.
En cambio, Virginia Santa María, que llegó a La Paz en una unidad de Trans Copacabana, opinó que los choferes continúan infringiendo horarios y normas, y que, pese a ser denunciados, no reciben sanción. “Han parado en el camino, recogieron gente, pero nadie hace nada para cumplir las normas. La verdad es que viajar en flota es un peligro constante”.
Ambos coincidieron en que optan por ubicarse en la parte posterior del vehículos, pues son las menos dañadas en caso de accidentes o choques.
“El 80% comete irregularidades”
Pablo Valdivia, gerente de reclamos de Seguros Illimani, empresa que cubre el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT), reveló ayer que el “80 por ciento de los choferes incurre en irregularidades al consumir alcohol, falsificar sus licencias de conducir y suplantar su edad”.
Esta empresa desembolsó en enero alrededor de 400.000 dólares para cubrir la atención de los heridos y el seguro de vida de los fallecidos en accidentes viales.
Valdivia, quien el mes pasado dirigió las investigaciones sobre los siniestros en carretera, dijo que “no hay control en la salida de buses ni en las trancas. Cuando uno circula por cualquier carretera, en un vehículo particular, se observa que no se le exige presentar la licencia de conducir, ni se verifica si el vehículo está en buenas condiciones. El único control se hace en la época en que se solicita la roseta del SOAT, además que las luces funcionen y tengan el triángulo de señalización, pero es una manera para poder obtener algún beneficio”.
El ejecutivo reveló que los inspectores establecieron que varias empresas de transporte de los Yungas —no precisó cuántas— contratan conductores de forma eventual o temporal. “Eligen entre un grupo de choferes que diariamente se reúne en un solo sector para realizar un viaje y ahí termina su relación. Estos choferes no son asalariados o dependientes de una empresa”, pese a que la compañía y el chofer deben compartir culpabilidad en caso de producirse algún accidente.
Confirmó que el chofer del bus Cosmos Miguel Muñoz tenía 1,95 grados de alcohol por litro de sangre, y el ayudante, 2,34 grados, por lo que estaban ebrios.
“Nosotros sabemos por experiencia que en un accidente de tránsito, donde un inspector nuestro ha constatado que el chofer tenía tufo alcohólico, al día siguiente en el informe aparece con cero grados, aunque no tenemos pruebas”.
Un joven ebrio manejaba un bus
Omar S.P., de 19 años y en estado de embriaguez, fue sorprendido en la terminal de Sucre cuando manejaba un bus de Expreso Cochabamba, que con 42 pasajeros se aprestaba la noche del lunes a partir hacia la ciudad de Cochabamba.
Jorge Herrera, administrador de la empresa que agrupa a unos 15 propietarios de ómnibus, informó que el joven ebrio es hijo de uno de los socios del grupo sindical y se enfrentó con los dos choferes titulares de la unidad, quienes no habían bebido, pero ante la magnitud del escándalo abandonaron el lugar.
Por ello, Omar S.P. tomó el volante del vehículo, pero atraídos por los gritos se aproximaron efectivos de la Policía, quienes sorprendieron al joven e impidieron la salida del bus. El hijo del dueño de ese colectivo fue recluido la noche del lunes en la celda de Tránsito de la Terminal y ayer por la mañana recuperó su libertad después de que un abogado hiciera las gestiones respectivas.
Aunque no hubo una comunicación oficial de que la empresa sindical había quedado suspendida, Herrera anunció que en Cochabamba se paralizaron las operaciones , aunque en La Paz éstas continuaban con normalidad.
Herrera llegará hoy a la sede del Gobierno para participar en el ampliado nacional de la Confederación de Choferes de Bolivia.
Cosmos vuelve a operar en el país
El principal dirigente de la Confederación de Choferes de Bolivia, Franklin Durán, informó ayer que después de dialogar con autoridades nacionales se acordó que flota Cosmos solamente sufrirá la suspensión de la ruta que une Cochabamba con Santa Cruz.
El 25 de enero, uno de los buses de esta empresa sufrió un vuelco que causó cinco muertes y dejó heridas a 43 personas. Posteriormente se comprobó que el chofer Luis Miguel Muñoz
Las disposiciones apuntan principalmente a que nadie maneje más de cuatro horas continuas.
Representantes de los ministerios de Gobierno y Obras Públicas y autoridades del Organismo Operativo de Tránsito sostuvieron ayer una reunión para afinar detalles del proyecto de decreto que, en caso de ser concluido, será puesto a consideración del gabinete para ser aprobado hoy, ante la ola de accidentes en carreteras que dejaron 92 muertos y 217 heridos en el mes de enero.
El Código Penal vigente establece sanciones leves para quienes causen muertes o lesiones de diversa consideración en terceros al conducir vehículos, aunque éstas se agravan cuando lo hacen bajo el influjo de alcohol o drogas.
El artículo 261, referido a homicidio y lesiones graves y gravísimas en accidentes de tránsito, determina que quien cause el deceso o lesiones de una o más personas sufrirá una pena máxima de uno a tres años, pero los condenados pueden acogerse al perdón judicial o la suspensión condicional de la pena, por lo que no son recluidos, aún en caso de reincidencia.
En caso de que el chofer hubiera estado ebrio o drogado, la pena será de uno a cinco años de cárcel.
El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, explicó ayer que la disposición obligará a los conductores y empresas de transporte de pasajeros a pasar por procesos anuales de certificación para renovar sus licencias de categoría C y sus autorizaciones para operar.
A través de este mecanismo, los choferes serán sometidos a revisiones médicas, pruebas físicas y exámenes teórico-técnicos. Aquellos conductores que no cumplan satisfactoriamente los estándares mínimos perderán la posibilidad de conducir este tipo de motorizados pesados con pasajeros.
Las empresas deberán demostrar anualmente que sus buses se encuentran en perfectas condiciones y reciben mantenimiento periódico para prevenir percances por fallas mecánicas, además de que no sobreexploten a sus choferes.
Las primeras medidas en este sentido han sido tomadas en las terminales de La Paz y Santa Cruz de la Sierra, donde choferes y relevos deben entregar las fotocopias de sus cédulas de identidad y brevets, que son selladas.
En el caso de La Paz, los conductores deben firmar un libro de actas. Los papeles deben ser entregados a la llegada a la terminal de destino.
La disposición proyectada señala que en los retenes ubicados en las principales carreteras del país deberán presentarse los choferes sobrios y que titular y relevo son los mismos que partieron.
Este tipo de controles se efectuaba hasta hace unos ocho años, pero fue suprimido bajo la presidencia de Gonzalo Sánchez de Lozada, a pedido de los choferes, quienes denunciaron exacciones en algunos retenes.
Las empresas no podrán exigir a sus asalariados trabajar en turnos de 24 horas continuos, bajo la advertencia de que pueden perder la licencia para prestar este servicio.
Otro elemento que contendrá la nueva norma será la prohibición estricta para todo conductor sorprendido al volante después de haber ingerido bebidas alcohólicas, pues perderá automáticamente su brevet.
Llorenti recalcó que “chofer que sea hallado con algún rastro o nivel alcohólico va a tener suspendida su certificación de por vida. No va a poder conducir un bus toda la vida”.
El paquete de medidas incluye, también, establecer un sueldo mínimo para los trabajadores del volante.
El ministro Sacha Llorenti añadió: “Obviamente no sólo estamos viendo la responsabilidad de los choferes, sino la que corresponde a los dueños, de los representantes legales y las condiciones laborales de los choferes”.
La certificación de conductores y empresas será efectuada por un consejo especial, cuya composición era objeto de debate anoche.
La primera labor de los integrantes de este consejo será una depuración de todas las licencias de conducir de categoría C, que autorizan a sus portadores el manejo de ómnibus de larga distancia y en general todo tipo de motorizados pesados.
Con esa finalidad se obtendrá la información de las divisiones de licencias de los organismos operativos de Tránsito de todo el país para depurar aquellos documentos adulterados, clonados, falsos, sin haber cumplido todos los requisitos o los obtenidos de forma irregular.
Los conductores que hubieran obtenido legalmente sus licencias recibirán la primera certificación.
Franklin Durán, secretario ejecutivo de la Confederación de Choferes de Bolivia, rechazó la posibilidad de que
sean las mismas autoridades de Tránsito quienes se hagan responsables de la verificación respectiva.
De forma paralela, ayer comenzó el primer curso taller de concienciación y actualización de normas, que es impartido por representantes del Organismo de Tránsito y la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Telecomunicaciones y Transportes (ATT).
Las conferencias son dirigidas a conductores de buses y se dictan en ambientes de la Terminal de La Paz, donde se reunieron unas 100 personas.
Los choferes solicitaron que esta charla se efectúe en todo el país, aunque forma parte del paquete de medidas que aplicará el Gobierno para controlar al transporte masivo.
Este decreto prevé fijar un sueldo mínimo para los choferes.
La primera labor de certificación será revisar la validez de brevets.
Conductores admiten que beben
Cinco choferes de transporte interdepartamental reconocieron ayer, en la Terminal de Buses de La Paz, que toman pequeños tragos de alcohol en las carreteras para cobrar energía y no con la finalidad de embriagarse.
Los conductores entrevistados declararon que el acullico de hoja de coca sirve para combatir la somnolencia y el cansancio que provoca el trayecto y que “de vez en cuando le echamos un traguito”.
Blas Núñez Coronel, secretario de Conflictos del Sindicato de Buses La Paz, dijo que las medidas que pretende adoptar el Gobierno “son acertadas, porque un chofer que conduce borracho un bus con 40 pasajeros es como una bomba de tiempo”.
En cambio, Fructuoso Requena expresó que el Gobierno sólo “se moviliza cuando hay accidentes. Para ser sincero, es justa la determinación, se dice a los conductores que no beban alcohol, pero continúan cometiendo ese error. Se consume coca para quitar el sueño, al igual que el cigarro”.
Alejandro Herrera, conductor y representante de flota Panamericana, que maneja vehículos desde 1976, sostuvo que las medidas no son novedosas y desde que conduce los errores se cometen por falta de educación vial. “Lo que ahora están haciendo es rellenar huecos que siempre han existido. El consumo de hoja de coca es para no cansarse, como los mineros, debemos aguantar. El alcohol es para ch’allar y no para tomar”.
Julio Ortega, conductor de Trans Copa Moya, dijo que el consumo de coca es normal pero no así el alcohol, pese a que reconoce que hay choferes irresponsables que piensan que llevan carga en vez de personas en sus buses”.
Finalmente, Santos Severo Molina, chofer de la flota peruana Trans Ormeño, refirió que en Bolivia no hay normas de control y que los conductores “hacen lo que les viene en gana en las carreteras. No tienen hoja de ruta y tampoco registran a los pasajeros en el Ministerio de Transportes. En Perú, si bebemos alcohol en el camino, somos inhabilitados por un año, si causamos accidentes con muerte, la sanción es de por vida”.
Pasajeros hablan de una “ruleta rusa”
Usuarios consultados en la misma Terminal de Buses afirmaron a La Prensa que subir a un bus es como jugar a la “ruleta rusa”, pues desconocen qué es lo que ocurrirá durante el viaje, pese a los mecanismos de control.
Juan Carlos Condori, quien viajó en un bus de flota El Dorado desde Cochabamba, aseveró que la inspección que efectúan los policías no es completa y que sólo “le dan una repasada visual” al vehículo.
En cambio, Virginia Santa María, que llegó a La Paz en una unidad de Trans Copacabana, opinó que los choferes continúan infringiendo horarios y normas, y que, pese a ser denunciados, no reciben sanción. “Han parado en el camino, recogieron gente, pero nadie hace nada para cumplir las normas. La verdad es que viajar en flota es un peligro constante”.
Ambos coincidieron en que optan por ubicarse en la parte posterior del vehículos, pues son las menos dañadas en caso de accidentes o choques.
“El 80% comete irregularidades”
Pablo Valdivia, gerente de reclamos de Seguros Illimani, empresa que cubre el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT), reveló ayer que el “80 por ciento de los choferes incurre en irregularidades al consumir alcohol, falsificar sus licencias de conducir y suplantar su edad”.
Esta empresa desembolsó en enero alrededor de 400.000 dólares para cubrir la atención de los heridos y el seguro de vida de los fallecidos en accidentes viales.
Valdivia, quien el mes pasado dirigió las investigaciones sobre los siniestros en carretera, dijo que “no hay control en la salida de buses ni en las trancas. Cuando uno circula por cualquier carretera, en un vehículo particular, se observa que no se le exige presentar la licencia de conducir, ni se verifica si el vehículo está en buenas condiciones. El único control se hace en la época en que se solicita la roseta del SOAT, además que las luces funcionen y tengan el triángulo de señalización, pero es una manera para poder obtener algún beneficio”.
El ejecutivo reveló que los inspectores establecieron que varias empresas de transporte de los Yungas —no precisó cuántas— contratan conductores de forma eventual o temporal. “Eligen entre un grupo de choferes que diariamente se reúne en un solo sector para realizar un viaje y ahí termina su relación. Estos choferes no son asalariados o dependientes de una empresa”, pese a que la compañía y el chofer deben compartir culpabilidad en caso de producirse algún accidente.
Confirmó que el chofer del bus Cosmos Miguel Muñoz tenía 1,95 grados de alcohol por litro de sangre, y el ayudante, 2,34 grados, por lo que estaban ebrios.
“Nosotros sabemos por experiencia que en un accidente de tránsito, donde un inspector nuestro ha constatado que el chofer tenía tufo alcohólico, al día siguiente en el informe aparece con cero grados, aunque no tenemos pruebas”.
Un joven ebrio manejaba un bus
Omar S.P., de 19 años y en estado de embriaguez, fue sorprendido en la terminal de Sucre cuando manejaba un bus de Expreso Cochabamba, que con 42 pasajeros se aprestaba la noche del lunes a partir hacia la ciudad de Cochabamba.
Jorge Herrera, administrador de la empresa que agrupa a unos 15 propietarios de ómnibus, informó que el joven ebrio es hijo de uno de los socios del grupo sindical y se enfrentó con los dos choferes titulares de la unidad, quienes no habían bebido, pero ante la magnitud del escándalo abandonaron el lugar.
Por ello, Omar S.P. tomó el volante del vehículo, pero atraídos por los gritos se aproximaron efectivos de la Policía, quienes sorprendieron al joven e impidieron la salida del bus. El hijo del dueño de ese colectivo fue recluido la noche del lunes en la celda de Tránsito de la Terminal y ayer por la mañana recuperó su libertad después de que un abogado hiciera las gestiones respectivas.
Aunque no hubo una comunicación oficial de que la empresa sindical había quedado suspendida, Herrera anunció que en Cochabamba se paralizaron las operaciones , aunque en La Paz éstas continuaban con normalidad.
Herrera llegará hoy a la sede del Gobierno para participar en el ampliado nacional de la Confederación de Choferes de Bolivia.
Cosmos vuelve a operar en el país
El principal dirigente de la Confederación de Choferes de Bolivia, Franklin Durán, informó ayer que después de dialogar con autoridades nacionales se acordó que flota Cosmos solamente sufrirá la suspensión de la ruta que une Cochabamba con Santa Cruz.
El 25 de enero, uno de los buses de esta empresa sufrió un vuelco que causó cinco muertes y dejó heridas a 43 personas. Posteriormente se comprobó que el chofer Luis Miguel Muñoz
Díaz estaba ebrio e iba a gran velocidad, además de que no tiene la edad suficiente para alcanzar la categoría C para manejar buses. Los choferes anunciaron un bloqueo general de carreteras a fin de dejar sin efecto esta suspensión, ante lo que se abrió este espacio de conversaciones.
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