El minibús con placa de control 381-LKN causó la muerte de una persona y dejó heridas a otras seis al rodar sin control por la calle Sagárnaga de La Paz, presumiblemente por haber sufrido una falla en el sistema de frenos.
El percance se produjo entre las calles Illampu y Murillo, en el sitio más empinado de esa vía.
El vehículo, conducido por Mario Mamani Tarqui, de 53 años, resbaló sin control, subió a una acera, donde arrolló a dos vendedores ambulantes y a una transeúnte, siguió su avance y chocó contra un automóvil estacionado en el lugar y un anaquel que expende artesanías en la acera de enfrente.
Ambos impactos detuvieron el avance del motorizado.
El teniente Bryan González, investigador de la División de Accidentes del Organismo Operativo de Tránsito, explicó que aún no se determinó con precisión la causa del percance, aunque dadas las características, la primera hipótesis es la falla mecánica en los frenos.
En su carrera cuesta abajo, se llevó por delante a Marco Aguirre Bejarano, de 55 años; Juan Sánchez Mamani, de 42, y Roxana Santander Flores, de 21, quienes fueron trasladados de urgencia a la Clínica 6 de Agosto.
En ese nosocomio, Aguirre Bejarano perdió la vida a causa de la gravedad de sus heridas. El fallecido, de acuerdo con el reporte policial, se dedicaba, desde hacía varios años, a la venta de mantas artesanales.
El cuerpo sin vida fue trasladado anoche a la morgue del Hospital de Clínicas. Cuando Tránsito efectuaba los trámites correspondientes, un sobrino de la víctima se presentó en ese nosocomio privado para reclamar el cadáver.
Además, cuatro pasajeras del vehículo de transporte público sufrieron heridas de distinta consideración, por lo que son atendidas en la Clínica Aranda.
Ellas son Cintia Marvel Pinto Fernández, de 24 años; Juana Antonieta López, de 15; Juana Gutiérrez viuda de López, de 61, y Denitze Flores García, de 21.
González explicó que el minibús contaba con la póliza del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) y había superado la inspección técnica vehicular, por lo que tenía la correspondiente roseta.
“Manejamos varias hipótesis. Una de ellas puede ser que, por ahorrar un poco de combustible, el chofer apagó el motor y (el auto) resbaló. Otra, que la unidad no tuvo el mantenimiento adecuado o que, por economizar, el chofer instaló un sistema ordinario y barato de frenos, que sabemos que no dura ni un mes”.
Los peritajes respectivos concluirán hoy, cuando se determinarán las causas del hecho de tránsito.
El conductor fue sometido a la prueba de alcoholemia, cuyos resultados serán conocidos en las próximas horas.
Este motorizado, de color blanco, marca Isuzu e industria japonesa, fue fabricado en 1990, por lo que tiene 19 años de uso. Sus impuestos se encontraban al día hasta la anterior gestión, por lo que la unidad pudo ser sometida a la revisión mecánica efectuada por personal de Recaudaciones de la Policía hasta el mes de enero.
Inspecciones técnicas inútiles
Anualmente, la Dirección Nacional de Fiscalización y Recaudaciones de la Policía supervisa la realización de dos inspecciones técnicas vehiculares por año. Los propietarios de los motorizados deben pagar 30 bolivianos.
Esta revisión tiene el objetivo de controlar las condiciones mecánicas del automóvil, pues en caso de encontrarse fallas graves, el vehículo debe volver a la inspección tras subsanarse los defectos.
Los dueños de los automotores deben pagar el importe mencionado en cualquier sucursal del Fondo Financiero Prodem y para que su unidad sea revisada, tiene que presentarse la constancia de pago expedida por esa entidad bancaria y el comprobante de pago del último impuesto.
Policías y mecánicos revisan rápidamente el sistema de frenos, la iluminación, además de las condiciones generales del vehículo, antes de pegar una roseta en el parabrisas delantero.
Sin embargo, un efectivo de Servicios Públicos de Tránsito informó hace algunos días a La Prensa que los dirigentes de los sindicatos de transportistas “grandes” compran rosetas en cantidad para distribuirlas directamente entre sus afiliados.
El percance se produjo entre las calles Illampu y Murillo, en el sitio más empinado de esa vía.
El vehículo, conducido por Mario Mamani Tarqui, de 53 años, resbaló sin control, subió a una acera, donde arrolló a dos vendedores ambulantes y a una transeúnte, siguió su avance y chocó contra un automóvil estacionado en el lugar y un anaquel que expende artesanías en la acera de enfrente.
Ambos impactos detuvieron el avance del motorizado.
El teniente Bryan González, investigador de la División de Accidentes del Organismo Operativo de Tránsito, explicó que aún no se determinó con precisión la causa del percance, aunque dadas las características, la primera hipótesis es la falla mecánica en los frenos.
En su carrera cuesta abajo, se llevó por delante a Marco Aguirre Bejarano, de 55 años; Juan Sánchez Mamani, de 42, y Roxana Santander Flores, de 21, quienes fueron trasladados de urgencia a la Clínica 6 de Agosto.
En ese nosocomio, Aguirre Bejarano perdió la vida a causa de la gravedad de sus heridas. El fallecido, de acuerdo con el reporte policial, se dedicaba, desde hacía varios años, a la venta de mantas artesanales.
El cuerpo sin vida fue trasladado anoche a la morgue del Hospital de Clínicas. Cuando Tránsito efectuaba los trámites correspondientes, un sobrino de la víctima se presentó en ese nosocomio privado para reclamar el cadáver.
Además, cuatro pasajeras del vehículo de transporte público sufrieron heridas de distinta consideración, por lo que son atendidas en la Clínica Aranda.
Ellas son Cintia Marvel Pinto Fernández, de 24 años; Juana Antonieta López, de 15; Juana Gutiérrez viuda de López, de 61, y Denitze Flores García, de 21.
González explicó que el minibús contaba con la póliza del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) y había superado la inspección técnica vehicular, por lo que tenía la correspondiente roseta.
“Manejamos varias hipótesis. Una de ellas puede ser que, por ahorrar un poco de combustible, el chofer apagó el motor y (el auto) resbaló. Otra, que la unidad no tuvo el mantenimiento adecuado o que, por economizar, el chofer instaló un sistema ordinario y barato de frenos, que sabemos que no dura ni un mes”.
Los peritajes respectivos concluirán hoy, cuando se determinarán las causas del hecho de tránsito.
El conductor fue sometido a la prueba de alcoholemia, cuyos resultados serán conocidos en las próximas horas.
Este motorizado, de color blanco, marca Isuzu e industria japonesa, fue fabricado en 1990, por lo que tiene 19 años de uso. Sus impuestos se encontraban al día hasta la anterior gestión, por lo que la unidad pudo ser sometida a la revisión mecánica efectuada por personal de Recaudaciones de la Policía hasta el mes de enero.
Inspecciones técnicas inútiles
Anualmente, la Dirección Nacional de Fiscalización y Recaudaciones de la Policía supervisa la realización de dos inspecciones técnicas vehiculares por año. Los propietarios de los motorizados deben pagar 30 bolivianos.
Esta revisión tiene el objetivo de controlar las condiciones mecánicas del automóvil, pues en caso de encontrarse fallas graves, el vehículo debe volver a la inspección tras subsanarse los defectos.
Los dueños de los automotores deben pagar el importe mencionado en cualquier sucursal del Fondo Financiero Prodem y para que su unidad sea revisada, tiene que presentarse la constancia de pago expedida por esa entidad bancaria y el comprobante de pago del último impuesto.
Policías y mecánicos revisan rápidamente el sistema de frenos, la iluminación, además de las condiciones generales del vehículo, antes de pegar una roseta en el parabrisas delantero.
Sin embargo, un efectivo de Servicios Públicos de Tránsito informó hace algunos días a La Prensa que los dirigentes de los sindicatos de transportistas “grandes” compran rosetas en cantidad para distribuirlas directamente entre sus afiliados.
Si seguimos esperando que hagan algo para nuestra seguridad acabamos todos bajo tierra. Recurramos a nuestra maestría en marchas, exijamos controles, normas e inclusive que quienes están al volante sepan manejar. ¿Qué pasó con la prohibición del 5to pasajero en trufis? ¿Qué pasó con no atiborrar los minibuses? ¿Qué pasó con reordenar la líneas? ¿Quién controla a los niños choferes que hacen carreras entre sí? La información que das nos muestra que la mayoría de los accidentes son irresponsabilidades llevadas al extremo. Por favor, actuemos nosotros, nadie nos va a cuidar si no ahcemos algo al respecto.
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