domingo, 9 de septiembre de 2012

La cifra de víctimas en carreteras se elevó tras el atentado del 11-S



A las 08.30 del 11 de septiembre de 2001, un avión American Airlines (el vuelo 11) se estrelló contra la Torre Norte del World Trade Center, entre los pisos 93 y 99 a 790 kilómetros por hora. La teoría de que esto fue un accidente se derrumbó 33 minutos después, cuando otro avión de United Continental (el vuelo 175) se impactó entre las plantas 77 y 85 de la Torre Sur a unos 950 kilómetros por hora.

Según ABC.es, este tipo de acontecimientos catastróficos —guerras, atentados o desastres naturales— suelen tener dos impactos en la sociedad que los sufre. Primero con caos, destrucción y víctimas directas; después, a través de las reacciones humanas a esos eventos. La original no siempre es la más costosa, ni en dinero ni en vidas humanas.

Datos. De acuerdo con un estudio del Instituto Max Planck de desarrollo humano, desde finales de 2012 los accidentes en vehículos cobraron anualmente cerca de 1.600 más vidas en Estados Unidos(EEUU) de las que se habían previsto antes del 11-S.

Según los investigadores, la cifra plantea la posibilidad de que el miedo haya sido un fuerte condicionante para mucha gente que prefirió conducir en vez de volar; un cambio de comportamiento que a su vez produjo un aumento en el número de víctimas en carretera, señala el diario digital.

Después de una recolección y análisis de datos que incluían desde el número de accidentes fatales hasta el número de millas conducidas acumuladas de cada estado, se descubrió que, “efectivamente”, la población estadounidense condujo más después del 11-S

El estudio demostró que tres meses después del atentado terrorista, la población estadounidense manejó en promedio casi 50 kilómetros más por persona. Un aumento muy superior al registrado en años anteriores.

Aunque no es la única explicación para este fenómeno, pero sí una de las principales, el miedo a volar se pudo observar con mayor intensidad entre las personas que viven cerca de la Zona Cero.

“Para ser capaces de predecir dónde, o de qué manera, pueden afectar más severamente los efectos secundarios de alguna catástrofe, hace falta prestar atención a las estructuras ambientales que permiten que el miedo derive en comportamientos peligrosos”, cita el estudio publicado en la revista científica Psychological Science, se indica en la web de ABC.es.

Actualmente, continúa en la ciudad de Nueva York (EEUU) la construcción de los rascacielos que se erigirán en el lugar donde estuvieron las Torres Gemelas.

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