Joel, un niño de ocho años, fue atropellado la noche del lunes 13 de agosto por un chofer que en primera instancia bajó de su vehículo para auxiliarlo y llevarlo hasta un hospital, pero que en lugar de eso avanzó unos metros con el cuerpo del menor y luego se deshizo de él arrojándolo al río Huayculi. El pequeño sobrevivió al accidente y al abandono criminal del conductor.
La tragedia ocurrió en el kilómetro 12 de la avenida Blanco Galindo, cerca de la unidad educativa “Cochabamba”, donde el menor estudiaba. Según la versión de algunos testigos, el chofer que lo embistió bajó de su carro, alzó al niño y dijo que lo llevaría a un hospital. Sin embargo, llegó al río Huayculi, a unos metros del accidente, y dejó ahí al pequeño, quizás creyendo que estaba muerto.
La regente de su colegio y unos vecinos lo hallaron y trasladaron a la clínica Santa Rita, pero por la gravedad de su estado lo internaron en el hospital pediátrico “Manuel Ascencio Villarroel”. La directora, Rosalía Sejas, informó que el niño llegó inconsciente, tiene fracturas en el cráneo y en el maxilar. Fue operado ayer para liberar el hematoma en el cerebro. Necesita sangre.
La madre del niño llegó hasta el hospital y lloró. “No sé quién le ha hecho esto a mi hijo, ese chofer no debe tener corazón, no debe tener hijos”, se lamentó. La mujer tiene cinco hijos, es voceadora de la línea de trufis 261 y fue abandonada por su esposo.
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